Periodistas que callan

Por Darío Chinchilla - Periodista independiente

Los periodistas hacen preguntas. ¿Ha visto usted un periodista que se niegue a responderlas? Yo sí, a muchos.

Ojo a las Noticias ha tratado de contactar a reporteros, editores y directores de medios durante los meses en los que hemos funcionado. Nunca previmos que sería tan alta la porción de colegas que declinaría conversar sobre su trabajo. Fueron atendidas solo seis de cada diez solicitudes.

En los análisis que publicamos reporté si un periodista accedió o no a hablar, pero nunca quise subrayar el hecho por dos motivos: no quise desviar el foco de interés de mis críticas, y confié en que el lector supiera advertir –sin marcados con rojo– el sinsentido de un periodista que guardaba silencio con respecto a su trabajo.

El periodista está en su derecho, pero es problemático.

El ejercicio del periodismo en el país no tiene obligación de sujetarse al Colegio de Periodistas. Si la información publicada por la prensa en Costa Rica se mantiene dentro del marco legal, el campo de trabajo para los periodistas es muy amplio, amplísimo, como debe ser. Esta amplitud permite un ejercicio serio y responsable, pero también le abre campo a prácticas peleadas con estándares internacionales y con la ética profesional, sin ninguna instancia formal a la cual rendir cuentas.

Aunque no lo parezca, todo esto está muy bien, siempre que los medios se sepan responsables ante su audiencia. Ninguna oficina de Gobierno cerrará un medio por publicar notas desbalanceadas. Ningún colegio profesional le quitará el permiso de ejercer a un periodista por no verificar una información. ¿Significa esto que no responden ante nadie? Todo lo contrario: el control de los medios lo ejercemos todos los ciudadanos.

Bajo esa premisa nació Ojo a las Noticias. Hemos querido hacer análisis de publicaciones de la forma más honesta que se nos ocurre: preguntándoles a los reporteros, editores y directores de medios qué pasó detrás de una noticia que nos pareció deficiente. El experimento que somos termina. Esta será nuestra última publicación de este ciclo. La gran pregunta que nos queda sin responder después de este proceso es gigante: ¿por qué no responden los periodistas?

El periodismo riguroso es una herramienta imperfecta pero muchas veces formidable para que la ciudadanía exija cuentas al poder político. La buena prensa es incisiva. ¿Acaso no podemos ver la paradoja de un periodismo que se encierra en excusas burocráticas para no rendir cuentas? ¿Acaso nos parece normal no responder el teléfono a un colega?

Todo es perfectible. Todos nos equivocamos. Uno también pensaría que todos queremos mejorar, y en el caso del periodismo, que todos querríamos proyectar transparencia, coherencia y responsabilidad. Sería hermoso vivir en un país en donde los periodistas sintiéramos tanto orgullo por nuestra voluntad de recibir críticas, enmendar y ofrecer disculpas como por el contador de visitas a nuestras publicaciones.

A todos los colegas que sí respondieron, muchas gracias.

No es bonito recibir una crítica. Tampoco lo es responder una pregunta incómoda. Sin embargo, toca. Es lo mínimo que pedimos como reporteros y es lo mínimo que podemos dar.